miércoles, 21 de mayo de 2014

          FERDINAND TÖNNIES.   Ferdinand Tönnies nació en una familia de granjeros en Schleswig-Holstein, bajo dominio danés, el 26 de julio de 1855 – Kiel, el 9 de abril 1936, sociólogo alemán. Estudió en las universidades de Jena, Bonn, Leipzig, Berlín, y Tubinga. Se recibió con un doctorado en Tubinga en 1877. Cuatro años después se convirtió en profesor particular de la Universidad de Kiel. En 1909 miembro fundador de la Asociación alemana de sociología. Hasta 1913 no sería nombrado titular de cátedra ya que era considerado socialdemócrata por el gobierno de Prusia, por haber simpatizado con las huelgas obreras de 1896 en Hamburgo. Pero solo se mantuvo en este puesto durante 3 años. Volvió como profesor emérito en 1921 y enseñó hasta 1933 cuando fue expulsado por los Nazis, debido a las críticas que les había hecho en sus primeras obras.
Tönnies publicó más de 900 trabajos y contribuyó a varias áreas de la sociología y la filosofía. Muchos de sus trabajos sobre teorías sociológicas, fueron precursoras de la Sociología Moderna. Acuñó el concepto de Voluntarismo. Contribuyó al estudio del cambio social, particularmente en Opinión pública, costumbres y tecnología, crimen, y suicidio. Tenía gran interés en las metodologías, especialmente Estadística, y la investigación sociológica, inventando la técnica de la asociación estadística.
Ferdinand Tönnies Sociólogo alemán cuyas obras principales son Comunidad y sociedad e Introducción a la Sociología. La más célebre distinción sociológica entre los conceptos de comunidad y sociedad, fue el primero en abordar esta cuestión desde una perspectiva con pretensiones científicas, utilizando directamente los  conceptos de “comunidad” (Gemeinschaft) y “sociedad” (Gesellschaft). Además había estudiado numerosas disciplinas doctorándose en filología clásica. Uno de los pensadores clásicos de la sociología que aporta a la sociología rural, es Ferdinand Tönnies (1986). Tönnies en su texto Comunidad y Sociedad puso los pilares para derrumbar las interpretaciones de oposición entre lo rural y lo urbano. Al desarrollar el término de comunidad y sociedad, introduce en la sociología las bases para reflexionar sobre las relaciones sociales, materia prima de los sociólogos. Para Tönnies la comunidad y la sociedad, no eran estados puros: eran relaciones sociales. Su doctrina afirma que todas las relaciones sociales son creaciones de la voluntad humana, bien esencial o de tendencia innata (propia de campesinos, mujeres o jóvenes), o arbitraria, que produce una conducta destinada a fines (propia de empresarios o científicos).
Para Tönnies la sociedad se forma al relacionarse dos personas, pudiendo llegar a formar un círculo cuando superan ese número o un colectivo cuando esos individuos forman una unidad natural o psíquica, y alcanzando el grado máximo de corporación cuando hay organización que asigna funciones específica a personas determinadas. De aquí surge la famosa distinción entre Gemeinschaft o comunidad (donde domina la voluntad esencial y las normas sociales son fundamentalmente las reglas morales y la concordia) y Gesellschaft o sociedad (regida por la voluntad arbitraria y cuyas normas sociales son el derecho y las convenciones). Su tipología de los grupos sociales influyó en el funcionalismo de Redfield o Lewis. Sin embargo, sus conceptos de comunidad y sociedad son tomados de la oposición de Marx y Morgan entre sociedad primitiva sin clases y capitalismo, aunque dándole un carácter supra histórico y discriminatorio de las clases bajas y sustituyendo la base económica de la sociedad por el principio subjetivo de la voluntad, lo que le lleva a un anticapitalismo romántico que desembocó en la Teoría Nacional Socialista.
Entonces, la comunidad se caracterizaría por las relaciones sociales regidas por el parentesco, la consanguinidad, la cercanía, la vecindad, el cara a cara. La sociedad se caracterizaría por las relaciones marcadas por el contrato, la intermediación, la distancia y el anonimato. No eran entonces, opuestas. Para Tönnies, la comunidad y la sociedad, y las relaciones que ambas contemplan, no eran opuestas, eran diferentes y propias, determinantes de la vida de cada persona. Comunidad y sociedad para Tönnies eran en esencia de relaciones sociales cuya motivación cambiaba de acuerdo a la condición de la relación social.
En las últimas décadas, el libro de Tönnies fue citado y comentado por investigadores vinculados a las variadas corrientes del campo de las ciencias sociales y las humanidades. Ya no puede hablarse de Tönnies como si aún se tratara de un pensador “olvidado”, aunque por largo tiempo su obra pasó prácticamente inadvertida salvo para unos pocos especialistas, casi todos ellos más cercanos a la filosofía y a la teoría política que a la sociología propiamente dicha. Desde las primeras páginas de Comunidad y sociedad se apela a la “ciencia” contra la “opinión ingenua y la fantasía artística, la creencia vulgar y la poesía exaltada” (1947: 23), sin por ello ocultar que en el fondo, la “ficción” es el punto en común entre la una y la otra. Tönnies subraya desde el comienzo el “sentido sociológico” (soziologische Sinn) que conviene tener presente en la consideración de “las relaciones y uniones humanas” (1947: 24), las mismas que sobre la base de diferencias esenciales luego serán identificadas con los nombres de “comunidad” y “sociedad”.
LOS ANTECEDENTES TEÓRICOS DE TÖNNIES
La contribución de Tönnies al nacimiento de la sociología en Alemania. En 1891 comienza su carrera docente en la Universidad de Kiel, institución donde obtiene una cátedra en 1913 y en la que imparte clases de manera intermitente hasta que es expulsado por el nacional-socialismo en 1933. En 1909 participa junto a Max Weber, Georg Simmel y Werner Sombart en la fundación de la Sociedad Alemana de Sociología, que presidirá entre 1922 y 1933. Asimismo, Tönnies es autor de una obra extensa y variada que incluye ensayos, estudios teóricos e investigaciones empíricas. Se sabe que antes de doctorarse en Filología Clásica (1877), Tönnies estudió Filosofía, Teología, Historia del Arte y Arqueología. Según Farfán, los años transcurridos entre 1876 y 1880 constituyen el “período formativo” de las ideas fundamentales de su sociología, momento durante el cual “Tönnies intenta una difícil conciliación entre filosofías y teorías tan distintas y opuestas como las de Hobbes, Spinoza, Marx, Schopenhauer, Nietzsche, así como la etnografía y la historia del derecho de finales del siglo XIX” (Farfán, 2007: 33). Este primer intento por conciliar “filosofías y teorías” heterogéneas tuvo resultados concretos y de largo alcance. Las conclusiones a las que llega Tönnies a partir de esta búsqueda inicial desembocan directamente en las investigaciones sobre las  cuales se construye la arquitectura conceptual de Comunidad y sociedad. Tönnies transitó en su “período formativo” y en los años inmediatamente posteriores; tres campos: 1. el campo etnográfico o antropológico; 2. El campo del pensamiento jurídico moderno; 3. el campo filosófico.
1.      El campo etnográfico o antropológico: Las tres obras que influenciaron el pensamiento de Tönnies en aspectos importantes de lo que más tarde serían sus teorías de la Gemeinschaft y la Gesellschaft. Las dos primeras obras son Das Mutterrecht (1861) de Johann Jakob Bachofen y Ancient Society (1877) de Lewis Henry Morgan, ambas consideradas precursoras del estudio de la familia primitiva. Tönnies no sólo reafirma el carácter originario del matriarcado sino que postula la “relación entre la madre y su hijo” como el “germen” más fuerte y duradero de una “comunidad” (Tönnies, 1947: 25-29). La tercera obra es La Cité Antique (1864) de Fustel de Coulanges, estudio clásico sobre los hechos históricos que signaron la constitución, transformación y desaparición de Atenas y Roma, que  aspira “a destacar las diferencias radicales y esenciales que distinguen para siempre estos pueblos antiguos de las sociedades modernas” (de Coulanges, 1984: 1).
2.      El campo del pensamiento jurídico moderno: Entre los teóricos del derecho con los que Tönnies afirma sentirse en deuda, se encuentra Sir Henry Maine, recordado por su libro Ancient Law (1861). El movimiento tendencial que según Maine experimentan las sociedades humanas del “status adscripto” al “status adquirido”, o bien, de la “tradición” al “contrato”, antecedente más inmediato de la transición histórica que Tönnies representa mediante sus conceptos de comunidad y sociedad, tro antecedente importante lo constituye la obra de Otto von Gierke, Das Deutsche Genossenschaftsrecht (1868-1913), donde el autor describe y analiza el carácter corporativo del derecho de la Edad Media, por oposición al espíritu individualista que prima en el derecho moderno. En lugar aparte, la obra de Thomas Hobbes. Ya en el prólogo a la segunda edición de Gemeinschaft und Gesellschaft Tönnies afirma haber “partido desde Hobbes”. La principal objeción que Tönnies le dirige es haber relegado y en parte desconocido una teoría de la comunidad. Tal como afirma Coutu, “es en Hobbes que Tönnies descubre las características fundamentales de la sociedad por oposición a la comunidad.
3.      El campo filosófico: Tönnies se dedicó casi exclusivamente a estudiar a los modernos, es imposible ignorar los efectos que tienen en su pensamiento ciertas obras antiguas. Aunque se los cite poco, los escritos políticos de Platón y Aristóteles ocupan un lugar importante en la teoría de la comunidad de Tönnies. Como cualquier pensador alemán de finales del siglo XIX, Tönnies estaba familiarizado con los sistemas filosóficos de Kant y de Hegel, de este último, principalmente con su filosofía del derecho y del Estado. Como se ha dicho a menudo, existen fuertes paralelismos entre la “familia” y la “sociedad civil” y los conceptos de comunidad y sociedad respectivamente. Tönnies expresó sus reservas frente a la doctrina hegeliana del Estado, a la que tildó de conservadora y absolutista (Tönnies, 1979: XXVIII). Para el autor de Gemeinschaft und Gesellschaft, más importante que los sistemas de Kant o Hegel es la concepción materialista de la historia asociada al nombre de Marx. A lo largo de sus textos, Tönnies hace explícita su profunda admiración por el pensamiento de Marx y da muestras de un amplio conocimiento del mismo, hecho que no le impidió convertirse en uno de sus herederos críticos. “Tönnies admiraba a Marx en tanto pensador, exaltaba su importancia histórica mundial, aclamaba el poder liberador del movimiento que su pensamiento había inspirado, y no dejó de criticar a Marx cuando sintió que la crítica era justa” (Cahnman, 1973: 219). Breve alusión a las obras de Nietzsche Tönnies mantuvo desde el comienzo una relación apasionada y contradictoria,  en Comunidad y sociedad se reconocen fácilmente los estilos de la crítica nietzscheana. A pesar de todas las diferencias, ambos concuerdan en lo que se podría llamar un común desprecio por la sociedad mercantil y los valores que ella representa. “Tönnies y Nietzsche coinciden en el diagnóstico de la decadencia de la sociedad burguesa” (Villacañas 1996: 36). De Schopenhauer, Tönnies no toma más que lo estrictamente necesario para apuntalar su teoría de la “voluntad humana”. Acaso menos conocidas que sus teorías de la comunidad y la sociedad, pero igualmente importantes para comprender su “sociología general”, son sus teorías de la “voluntad esencial” (Wesenwille) y la “voluntad de arbitrio” (Kürwille). Al tratamiento de las dos formas de la voluntad humana está dedicado el Libro Segundo de Comunidad y sociedad, donde según el autor se expone el “problema psicológico” de su análisis (Tönnies, 1947: 24).
LOS CONCEPTOS CAPITALES: COMUNIDAD Y SOCIEDAD
La comunidad no solamente aparece primero que la sociedad, sino que ella es primera, no sólo más antigua que la sociedad, sino anterior a toda distinción entre formas de vida en común. En Comunidad y sociedad, a cada uno de ellos Tönnies le consagra una “Teoría”. El Libro Primero, titulado “Definición general de los conceptos capitales” se subdivide en tres partes: la introducción general o “Tema”, el Capítulo primero, “Teoría de la comunidad”, y el Capítulo segundo, “Teoría de la sociedad”. Tönnies en cada uno de los prólogos a esta obra, en el primer intento por caracterizar los conceptos de comunidad y sociedad se encuentra en el § 1 del “Tema”. Tönnies comienza su libro precisando dos categorías claves de su sociología: la de “relación” (Verhältnis) y la de “unión” (Verbindung). Estas categorías le servirán a continuación para introducir sus conceptos de comunidad y sociedad. Para empezar, distingue entre relaciones positivas y negativas. Ambas son consideradas “expresiones de la voluntad [humana] y de sus fuerzas”. Tönnies declara expresamente que su investigación va a ocuparse sólo de las primeras, a las que también denomina “relaciones de afirmación recíproca”. Y llama “unión” al “grupo formado por esta relación positiva, concebido como cosa o ente que actúa de un modo unitario hacia adentro y hacia fuera” (1947: 19). Expuestas brevemente estas ideas introductorias, Tönnies arriesga una primera y decisiva aproximación al análisis de los conceptos capitales:
La relación misma, y también la unión, se concibe, bien como vida real y orgánica —y entonces es la esencia (Wesen) de la comunidad—, bien como formación ideal y mecánica —y entonces es el concepto (Begriff) de sociedad. (1947: 19)
Las relaciones y las uniones, dice Tönnies, se pueden concebir “como vida real y  orgánica” o bien “como forma ideal y mecánica”. En el primer caso se habla de comunidad y en el segundo de sociedad. Los comentaristas cuando analizan los conceptos de Tönnies. “Comunidad es lo antiguo y sociedad lo nuevo, como cosa y nombre […] comunidad es la vida en común duradera y auténtica; sociedad es sólo una vida en común pasajera y aparente. Con ello coincide el que la comunidad misma deba ser entendida a modo de organismo vivo, y la sociedad como agregado y artefacto mecánico” (1947: 21).  En Tönnies, la tendencia evolutiva de la comunidad a la sociedad describe el “movimiento total” (ganze Bewegung) que va de lo simple a lo complejo, de lo duradero y auténtico a lo pasajero y aparente, de lo orgánico-natural a lo suplementario y artefactual. En la conclusión de Comunidad y sociedad se habla de “dos épocas” (zwei Zeitalter) de “los grandes desarrollos culturales”. Tönnies lo dice con absoluta claridad: “una época de la sociedad sigue a una época de la comunidad.” (1947: 313 — traducción ligeramente modificada). Los conceptos de comunidad y sociedad parecen estar confirmados desde un principio por el subtítulo con el que apareció el libro en 1887: “Tratado del comunismo y del socialismo como formas empíricas de cultura”. Por “comunismo” y “socialismo” Tönnies entendía el “sistema cultural” — sistema que comprometía aspectos de la vida “económica”, “política” y “espiritual”— de la comunidad y la sociedad en tanto épocas sucesivas y enfrentadas de la humanidad; una primera interpretación de “comunidad y sociedad” como categorías histórico-ontológicas.
Resulta muy significativo que para la segunda edición (1912), Tönnies modifique el subtítulo de su libro por el de “Conceptos fundamentales de sociología pura”. La diferencia que establece Tönnies al comienzo de su libro: “comunidad es la vida en común duradera y auténtica [echte: verdadera]; sociedad es sólo una vida en común pasajera y aparente”. Desde el comienzo, la sociedad está subordinada a la comunidad o, más precisamente, a la verdad que ella encarna. La autenticidad (o la verdad) de la una determina violentamente la inautenticidad (o la no-verdad) de la otra. Pero, ¿por qué la comunidad, y sólo ella, serían “auténticas”? ¿Por qué acordarle este privilegio? En principio, porque la comunidad, a diferencia de la sociedad, es vida en común natural. Según Tönnies, la “vida comunitaria” coincide con “la naturaleza de las cosas”: “Comunidad en general la hay entre todos los seres orgánicos; comunidad racional humana, entre los hombres. […] se olvida que el permanecer juntos está en la naturaleza de la cosa; a la separación le corresponde, por decirlo así, la carga de la prueba” (Tönnies, 1947: 45). “La teoría de la sociedad construye un círculo de hombres que, como en la comunidad, conviven pacíficamente, pero no están esencialmente unidos sino esencialmente separados, y mientras en la comunidad permanecen unidos a pesar de todas las separaciones, en la sociedad permanecen separados a pesar de todas las uniones” (Tönnies, 1947: 65).  De acuerdo a este esquema, la “esencia de la comunidad” es el fundamento de la vida en común, al menos de la vida “real y orgánica”. La sociedad, en cambio, no posee ninguna esencia. Para Tönnies, sociedad es el “concepto” que designa la vida en común entendida como “formación ideal y mecánica”, o bien, como “agregado y artefacto mecánico”. La sociedad no es precisamente “natural”, sino que es, por el contrario, “una cosa siempre en formación […]. Y al propio tiempo (como se sabe) una cosa ficticia y nominal” (Tönnies, 1947: 79). La Gesellschaft, entonces, es una forma derivada de vida en común, una forma segunda y secundaria; así  la sociedad viene después de la comunidad; lógica y cronológicamente, la “época de la sociedad” es segunda en relación a la “época de la comunidad”. Disuelta la comunidad y las formas de vida en común que le son propias, la sociedad viene a ocupar su lugar. Sucede, en efecto, que la sociedad releva a la comunidad pero alejándose de ella, desviándose de la “base comunal”, de “las formas originarias y naturales, ‘históricas’, de la vida y querer en común”, con las cuales, no obstante, mantiene una “honda conexión” (Tönnies, 1947: 299).
María Rosa Flores Peña
C.I. 5.202.605




Maximilian Carl Emil Weber
      Nació en Erfurt, Prusia, el 21 de abril de 1864 y murió el 14 de junio en Múnich, Baviera, 1920 Sociólogo alemán. Max Weber era hijo de un jurista y político destacado del Partido Liberal Nacional en la época de Bismarck. Estudió en las universidades de Heidelberg, Berlín y Gotinga, interesándose especialmente por el Derecho, la Historia y la Economía.
     Las primeras investigaciones de Max Weber versaron sobre temas económicos, algunas de ellas realizadas por cuenta de los intelectuales reformistas conocidos como «socialistas de cátedra». Desde 1893 fue catedrático en varias universidades alemanas, fundamentalmente en Heidelberg, salvo los años 1898-1906 en que, aquejado de fuertes depresiones, dejó la enseñanza para dedicarse a viajar y a investigar.
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Max Weber
     En 1909 fundó la Asociación Sociológica Alemana. Fue un gran renovador de las ciencias sociales en varios aspectos, incluyendo la metodología: a diferencia de los precursores de la sociología, Weber comprendió que el método de estas disciplinas no podía ser una mera imitación de los empleados por las ciencias físicas y naturales, dado que en los asuntos sociales intervienen individuos con conciencia, voluntad e intenciones que es preciso comprender. Propuso el método de los tipos ideales, categorías subjetivas que describen la intencionalidad de los agentes sociales mediante casos extremos, puros y exentos de ambigüedad, aunque tales casos no se hayan dado nunca en la realidad; Weber puso así los fundamentos del método de trabajo de la sociología moderna y de todas las ciencias sociales, a base de construir modelos teóricos que centren el análisis y la discusión sobre conceptos rigurosos.
       De acuerdo a lo planteado, sus objetos de estudio en las ciencias sociales son de carácter intencional e interesa la significación que éstos contienen. No dejando de ser el estudio social, de carácter objetivo; de lo que sirven a título de ejemplo tanto la historia como así también la antropología que realizan sus estudios a través de métodos concretos. Weber destaca la infinitud de los hechos sociales en las relaciones del hombre en el devenir histórico de la humanidad, por lo que entiende que es imposible establecer axiomas que puedan explicar en forma homogénea y universal el comportamiento humano. Estos comportamientos deben segmentarse para ser objeto de estudio a elección del científico.
     Por otra parte, Max Weber conceptualiza la acción social como el objeto de estudio de la sociología, y a ésta la define como “…una conducta humana con sentido y dirigida a la acción del otro”. Esta definición destaca las particularidades de la acción humana, tiene sentido racional o afectivo, y a su vez está condicionada a actuar sobre otras  personas, lo cual le imprime el sentido social.
     Es de mencionar que, Weber realizó importantes estudios que tienen que ver con la sociedad entre la que se destaca la teoría burocrática donde para Max Weber la burocracia es la organización eficiente por excelencia, la organización llamada a resolver racional y eficientemente los problemas de la sociedad y, por extensión, de las empresas. La organización burocrática está diseñada científicamente para funcionar con exactitud, precisamente para lograr los fines para los cuales fue creada, no más, no menos.
     Sin embargo, una de las teorías más importante de Max Weber es la teoría sobre el cambio social es también conocida como sociología comprensiva, porque, según el autor, el nivel óptimo de la comprensión de los fenómenos sociales se alcanza, siempre y cuando dicha comprensión sea causalmente adecuada y, al mismo tiempo, adecuada en lo significativo. Dicho en otros términos, Weber intentó adecuar los recursos metodológicos de la hermenéutica para comprender a los actores, sus intenciones y, aún más, la historia toda. La sociología se vio enormemente enriquecida con otra original contribución de Weber: el tipo ideal o puro (por más que algunos afirmen que Comte había ya hecho alusión al citado tipo ideal).
      El tipo ideal es la denominación más popular de la famosa concepción sociológica weberiana, pero tal vez hablar de tipo puro resulta más adecuado, puesto que define mucho más claramente el sentido que el autor le otorga a este concepto metodológico.  El tipo ideal no debe considerarse como una hipótesis. Se trata de un instrumento para analizar hechos históricos y acontecimientos concretos. Es, pues, una herramienta conceptual, una construcción mental que no puede ser localizada empíricamente en ningún sitio de la realidad, porque se estructura a partir de la exageración de uno o más rasgos observables en la realidad y por una gran cantidad de fenómenos concretos individuales, acentuados de manera unilateral en una construcción analítica unificada.
      Es por ello, lo que WEBER entendía por “acción social” se puede resumir en un párrafo de su propia obra:
«La sociología interpretativa o comprensiva considera al individuo y su acción como su unidad básica. Como su átomo, si puedo permitirme emplear excepcionalmente esta discutible comparación. Desde esta perspectiva, el individuo constituye también el límite superior y es el único depositario de una conducta significativa... En general, en sociología, conceptos tales como «estado», «asociación», «feudalismo», etc., designan categorías determinadas de interacción humana. En consecuencia la teoría de la sociología consiste en reducir estos conceptos a «acciones comprensibles», es decir, sin excepción, aplicables a las acciones de hombres individuales participantes».
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/w/fotos/weber.jpg     Para finalizar, se puede decir, que para entender la vida y obra de WEBER  exige una cierta madurez y obliga a prescindir de cualquier ingenuidad política... o moral. El supuesto de que la realidad es compleja y de que todas las teorías que se usen para explicarla pueden resultar ambivalentes no debiera olvidarse nunca a la hora de acercarse a su obra. En todo caso conceptos como los que aquí se han expuesto, especialmente en el orden de la metodología de las ciencias sociales y de la teoría política están en la base de la teoría social de los últimos cien años.


“No son los hechos los que gobiernan el conocimiento sobre el hombre sino la comprensión”
Max Weber



Maira Alejandra Márquez Contreras
V-16019325

HERI DE SAINT-SIMON


Saint-Simon


Claude Henri de Rouvroy, el conde de Saint-Simon nació en París en 1760 y es prototipo del espíritu ilustrado creativo y visionario. Puede considerarse como el primer teórico de la sociedad industrial, lo que causó que algunos le atribuyeran el título de fundador del socialismo francés, incluso de iniciador del Socialismo. Escribió una obra voluminosa, centrada en la economía. Murió en París el 19 de mayo de 1825 a la edad de 64 años.
Luchó a favor de la Independencia de los Estados Unidos y pasó por diferentes niveles económicos a pesar de ser aristócrata. Su contexto social es el de la revolución francesa, la revolución estadounidense y la primera industrialización. Recibió influencias de la ilustración y el romanticismo.
Estuvo relacionado con Auguste Comte, padre de la sociología. Por un largo tiempo trabajó con este, pues Saint-Simon lo contrató como secretario, junto al historiador Augustin Thierry; al parecer, la teoría de los tres estadios de Comte, surgió de aquella colaboración.
Es el autor más influyente sobre los primeros socialistas, así como también pensó en los románticos, en la sociología de Auguste Comte, en John Stuart Mill e incluso en Luis Napoleón. También su eco llegará hasta Marx, pues este compartirá el optimismo científico y la fe en la tecnología.

Ideas
Era Saint-Simon un intelectual plenamente inmerso en el ambiente de su época, que vivió intensamente. Ya desde joven tenía consciencia de que llegaría a realizar grandes tareas en ayuda de la humanidad. Así desde los quince años ordenó a sus ayudantes de cámara, que lo despertaran diciéndole: «Levántese, señor conde, tiene usted grandes cosas que hacer». Engels llegó a decir que fue, junto con Hegel, la mente más enciclopédica de su época y que casi todas las ideas del socialismo posterior estaban contenidas en su obra. También el positivismo está en sus escritos, pero aunque la necesidad del estudio científico de la sociedad, de la política y de la moral, fue proclamada a todos los vientos por Saint-Simon, sus propios escritos estuvieron totalmente alejados de la búsqueda científica tal y como ahora la entendemos.
Precursor de la «fisiología social», también llamada «física social», rebautizada por Auguste Comte como sociología. Industrialista utópico, vivió en la riqueza y en la más absoluta de las pobrezas. En su opinión, los industriales, frente a los juristas y metafísicos deberán ser los encargados de terminar realmente la Revolución francesa, garantizando así la prosperidad de la agriculturacomercio e industria, en definitiva, de toda Francia.
En cuanto al positivismo, todavía embrionario en aquella época, atraía a quienes respetaban el método científico y buscaban una manera de promover el cambio social dentro del orden. Esto evitaría conflictos y la movilización de aliados incontrolables, reduciendo al mismo tiempo el contragolpe restauracionista.
Algunas de sus obras más importantes son La industriaEl sistema (1823). Es uno de los primeros en estudiar la industrialización. La ve positivamente (abundancia) y cree que puede traer un nuevo modelo social. Debe existir la propiedad privada, pero solo si esta es merecida; por eso defiende la abolición del derecho a la herencia. Se muestra contrario a los comerciantes. Para Saint-Simon hay dos clases de individuos, los productores (trabajadores, empresarios...) y los no-productores (comerciantes, gandules..). La industrialización es buena, pero se debe reorganizar la sociedad y la función del Estado sería la de facilitar esta transformación. Los trabajadores tendrían que pasar a cobrar según su productividad.
El gran objetivo que se propuso fue reorganizar la sociedad sobre las bases de la ciencia y la industria, para alcanzar una sociedad sin clases por el camino de una renovación ético-religiosa. Asimismo destaca su libro El Nuevo Cristianismo (1825)
Richar Yordany Elías Contreras
C. I. n° v-13.014.149

AUGUSTE COMTE

AUGUSTE COMTE
Auguste Comte. Cuyo nombre completo es Isidore Marie Auguste François Xavier Comte  nace en Montpellier, Francia, 19 de enero de 1798 - París, 5 de septiembre de 1857. Se le considera creador del positivismo y de la disciplina de la sociología, aunque hay varios sociólogos que sólo le atribuyen haberle puesto el nombre. Desde muy temprana edad rechazó el catolicismo tradicional y también las doctrinas monárquicas. Ingresó en la Escuela Politécnica de París desde 1814 hasta 1816, pero fue expulsado por haber participado en una revuelta estudiantil. Durante algunos años fue secretario particular del teórico socialista Claude Henri de Rouvroy, conde de Saint-Simon, cuya influencia quedaría reflejada en algunas de sus obras.
Comte tenía una intención de reforma social, sin embargo, a una postura conservadora y contrarrevolucionaria en claro enfrentamiento con las propuestas ilustradas de Voltaire y Rousseau. Comte acusa a estos dos autores de generar utopías metafísicas irresponsables e incapaces de otorgar un orden social y moral a la humanidad.
La idea de Comte era que todas las ciencias formaban una jerarquía, de manera que cada eslabón dependía del anterior de acuerdo a la complejidad de los fenómenos estudiados. En la base estaban las matemáticas, seguida de la mecánica, la física, la química, la biología y por último, encabezando la pirámide de las ciencias se encontraba la Ciencia de la Sociedad; la Sociología. Comte vio en esta ciencia las respuestas a los problemas del hombre y la sociedad. La exaltación de la Sociología le llevó a considerarla prácticamente como una nueva religión laica de la humanidad formándose así el positivismo.
Los problemas sociales y morales han de ser analizados desde una perspectiva científica positiva que se fundamente en la observación empírica de los fenómenos y que permita descubrir y explicar el comportamiento de las cosas en términos de leyes universales susceptibles de ser utilizadas en provecho de la humanidad. Comte afirma que sólo la ciencia positiva o positivismo podrá hallar las leyes que gobiernan no sólo la naturaleza, sino nuestra propia historia social, entendida como la sucesión y el progreso de determinados momentos históricos llamados estados sociales.
La Ley de los tres Estados.
Para Comte, los conocimientos pasan por tres estados teóricos distintos, lo cuales se llaman: Teológico, Metafísico, Positivo.
Estado Teológico: Es ficticio, provisional y preparatorio. En él, la mente busca las causas y los principios de las cosas, lo más profundo, lejano e inasequible. Hay en él tres fases distintas: el Fetichismo, politeísmo y monoteísmo
Estado Metafísico:
O estado abstracto, es esencialmente crítico, y de transición, Es una etapa intermedia entre el estado teológico y el positivo. En él se siguen buscando los conocimientos absolutos. La metafísica intenta explicar la naturaleza de los seres, su esencia, sus causas. Pero para ello no recurren a agentes sobrenaturales, sino a entidades abstractas que le confieren su nombre de ontología..
Estado Positivo:
Es real, es definitivo. En él la imaginación queda subordinada a la observación. La mente humana se atiene a las cosas. El positivismo busca sólo hechos y sus leyes. No causas ni principios de las esencias o sustancias. Todo esto es inaccesible. El positivismo se atiene a lo positivo, a lo que está puesto o dado: es la filosofía del dato. La mente, en un largo retroceso, se detiene a al fin ante las cosas. Renuncia a lo que es vano intentar conocer, y busca sólo las leyes de los fenómenos.

Jeinnys Yasmin Dávila Ontiveros

C.I: V- 14623767

martes, 20 de mayo de 2014

Pierre Felix Bourdieu

Teoría constructivista y Estructuralista
 






Pierre Felix   Bourdieu 1930-2002), francés fue uno de los más destacados representados de la sociología de nuestro tiempo, el cual logra reflexionar sobre la sociedad. Bourdieu, al final de su vida se convirtió, por su comportamiento público, en uno de los principales actores de la vida intelectual francesa, su pensamiento ha ejercido una influencia considerable en la convivencia humana y social, especialmente en la sociología francesa después de la guerra. El mismo caracterizo su modelo sociológico como constructivismo estructuralista: la problemática constructivista tiende a descifrar las realidades sociales como construcciones históricas cotidianas de actores colectivos e individuales que se sustraen del control de estos actores.
Su obra está dominada por un análisis sociológico de los mecanismos de producción de jerarquía sociales. Bourdieu, hace hincapié en la importancia de la diversidad cultural y simbólica en esta reproducción y critica a la primacía otorgada a los factores económicos en las ideas marxistas
El quiere hacer hincapié, en que la capacidad de los agentes en posición dominante para imponer sus `posiciones culturales y simbólicas. Juega un papel esencial en la reproducción de las relaciones sociales de dominación. Lo que el autor llama violencia simbólica, que él define como la capacidad de hacer caso omiso de la arbitrariedad de la producción simbólica, y por lo tanto para ser aceptado como legítimo, es de gran importancia en su análisis sociológico.
El mundo social en las sociedades modernas, para Bourdes, aparece dividido en lo que él llama campos. (Creación de sub espacios sociales), que se especializan en una determinada actividad social. Estos campos tienen una autonomía relativa en la sociedad en su conjunto, ellos son jerárquicos.
Pierre Bourdieu, también ha desarrollado una materia de acción en torno al concepto de hábitos, que ha ejercido gran influencia en las ciencias sociales. Esta teoría trata de demostrar que los agentes sociales desarrollan las estrategias, sobre la base de un pequeño número de disposiciones adquiridas por la socialización, el bien y el inconsciente, se adaptan a las necesidades del mundo social.
El trabajo de Bourdieu esta ordenado en torno a una serie de conceptos rectorales, entre otros el habitus como principio de acción de los agentes, como el espacio de carreras de campo social y la violencia simbólica como mecanismo fundamental de la primera imposición de relaciones.
La sociología de Pierre Bourdieu su obra sociológica se destaca como una de las más inimaginables y originales de la post-guerra.
Dentro de sus libros más leídos y estudiados hasta hoy por los sociólogos se encuentran Heritier (1964), la reproducción (1970), la distinction (1979) y su obra más reciente la misere du monde (1993).
El paradigma sociológico Bourdieusiono es extraordinariamente polifacético y completo porque le resulta imposible exponerlo casualmente dentro de los estrechos límites de un artículo obra de Bourdieu situada en el contexto de las teorías sociológicas contemporáneas.
1.- La problemática constructivista en sociología Bourdieu caracterizo su paradigma sociológico como constructivismo estructuralista (1987, 147), es auto clasificarse dentro de la corriente constructivista hacia donde convergen actualmente los trabajos de autores muy relevantes en el campo de las ciencias sociales, entre ellos: Norbert Olios, Antohony Giddens, Peter Berger, thomas Luckman y Aaron Cicourel. Así podemos identificar una doble serie de convergencias tendenciales entre los autores catalogables.
Se trata en primer término de superar  las parejas de conceptos dicotómicos, como la oposición entre el idealismo y el materialismo, entre sujeto y objeto, entre lo colectivo e individual.
En segundo lugar, se trata de aprehender las realidades sociales como construcciones históricas y cotidianas de actores individuales y colectivos
En relación con lo anterior, los constructivistas convergen en una tesis fundamental que los caracteriza más que cualquier otra: en este proceso histórico, las realidades sociales son a la vez objetivadas e interiorizadas. Es decir, por una parte remiten a mundos objetivados (reglas, instituciones...) exteriores a los agentes, que funcionan a la vez como condiciones limitantes y como puntos de apoyo para la acción; y por otra se inscriben en mundos subjetivos e interiorizados, constituidos principalmente por formas de sensibilidad, de percepción, de representación y de conocimiento.
LA TEORÍA DEL HABITUS SEGÚN BOURDIEU
La obra de Bourdieu constituye, como queda dicho, una variedad particular dentro de la corriente constructivista en las ciencias sociales, variedad bautizada por él mismo como “constructivismo estructuralista”. El autor nos advierte que la referencia al estructuralismo adquiere aquí un sentido muy diferente al de la tradición saussuriana o levi-straussiana:
“Por estructuralismo o estructuralista entiendo la afirmación de que existen - en el mundo social mismo, y no sólo en los sistemas simbólicos como el lenguaje, el mito, etc. - estructuras objetivas independientes de la conciencia y de la voluntad de los agentes y capaces de orientar o de restringir sus prácticas y sus representaciones” (Bourdieu, 1987a: 147).
En cuanto al constructivismo, Bourdieu lo entiende así: “Entiendo por constructivismo la afirmación de que existe una génesis social de los esquemas de percepción, de pensamiento y de acción que son constitutivos de lo que llamo habitus, por una parte; y por otra de las estructuras sociales, particularmente de lo que llamo campos o grupos, así como también de lo que ordinariamente suelen llamarse clases sociales” (ibid.).
           
Quizás la mejor manera de adentrarse en este complejo paradigma sea partir del concepto mismo de habitus, que además de ser un concepto mediador ocupa un “lugar geométrico” dentro del sistema conceptual bourdieusiano, y ha sido construido precisamente para escapar del “círculo mágico” en que nos encierran las antinomias clásicas: determinismo / libertad; mecanicismo / finalismo; realismo / nominalismo; condicionamiento / creatividad; conciencia / inconsciencia; individuo / sociedad.
“El habitus como sistema de disposiciones en vista de la práctica, constituye el fundamento objetivo de conductas regulares y, por lo mismo, de la regularidad de las conductas. Y podemos prever las prácticas [...] precisamente porque el habitus es aquello que hace que los agentes dotados del mismo se comporten de cierta manera en ciertas  circunstancias” (Bourdieu, 1987b: 40).
           
En cuanto al uso sociológico del término, éste comienza con Durkheim, quien insiste sobre su carácter general y duradero, por lo que le asigna un anclaje institucional: los colegios de los jesuitas y la universidad medioeval. En efecto, para Durkheim toda educación, en tanto que proceso de socialización, “consiste en un esfuerzo continuo por imponer al niño maneras de ver, de sentir y de actuar a las cuales no hubieran podido tener acceso espontáneamente” (Durkheim, 1969: 36-37). A partir de aquí era inevitable la asociación del habitus con el ethos weberiano, que en los análisis del “ethos protestante” y del “ethos burgués” aparece como un conjunto de creencias morales generadoras de prácticas. Así entendido, el ethos weberiano se distingue de la ética y de la doctrina moral definidas como sistema conceptual de normas, reglas y preceptos.
           
Según mi criterio, el Francés Perre Bourdieu es un destacado sociólogo que hizo reflexionar y producir cambios de conductas públicas en múltiples sociedades despertando un alto interés y motivación para los investigadores, influenciado por su pensamiento novedoso e innovador, partiendo desde su propia Francia, extendiéndose luego a gran parte de Europa y demás países del mundo como los estados Unidos. En tal sentido, su modelo sociológico fu constructivista y estructuralista. Es interesante resaltar que Bourdieu, en su obra es muy notoria los mecanismos de reproducción de las jerarquización de las clases sociales, debido a varios elementos dominantes, como la diversidad cultural, simbólica y materialista; donde la realidad social basadas en sus diferentes contextos y situaciones crean varios estudios de solución. Es por ello que las sociedades modernas son producto de ese origen ancestral y trivial, divido llamado campo (creación de sus espacios sociales). Bajo esta perspectiva, para Bourdieu,  su tarea de acción es definir los fenómenos que concurren en las relaciones sociales.


Marino M. Davila
C.I. 9361725
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